viernes, 9 de noviembre de 2012

¡¡Quiero mi guatota!!

Desde hace unos días siento nostalgia de mi embarazo. Cada vez que veo a una futura mamá me dan unas ganas enormes de volver a vivir ese hermoso proceso en el que cree vida en mi cuerpo. ¿Han dimensionado lo maravilloso que es estar embarazada?

De la unión de dos cositas ínfimas, 40 semanas después nuestro cuerpo da a luz a un ser humano que nosotras hicimos desde cero. Por un momento, tuvimos dos almas y la energía que nos rodeaba era sublime. Nuestros sentidos se abrieron y nuevas sensaciones nos recorrieron física y espiritualmente... ¡ahhhh como extraño aquellos días!.

Recuerdo que cuando estaba en mi primer trimestre por las noches me acostaba abrazando mi guata, esperando sentir el movimiento de mi pollito. La primera vez fue en el trabajo, pero me quedé con la duda si había sido una tripa o mi hijo. Unos días después confirmé que había sido él, fue emocionante, al fin sentía una vida en mi. Desde ese día y hasta hoy no puedo dejar de acariciarlo.

Lejos uno de los mejores momentos eran las clases de yoga prenatal en Obsnatura, nos conectábamos a través de asanas y mantras, aprendimos a conocernos y nos pusimos de acuerdo para trabajar juntos cuando llegara el día de su nacimiento. Hasta ahora cuando escuchamos Snatam Kaur, Amaro cambia su actitud, es como si esa música le recordara el bello proceso que compartimos siendo uno.

Otros instantes mágicos eran cuando René acariciaba mi guata y hablaba con nuestro hijo. Le contaba cosas del día, lo que harían cuando saliera del cuerpo de mamá, a que iban a jugar... ellos también construyeron una relación mucho antes que Amaro naciera. Sólo así me explico que cuando llegó ese día, mi pollito tras ser separado de mí para los inoportunos exámenes apenas lloró, pues su papá estuvo a su lado diciéndole a cada instante "tranquilo chancho, aquí estoy contigo".

Me arrepiento de la ansiedad que tuve las últimas semanas de embarazo. Me sentía tan presionada por todo aquel que me preguntaba "y? cuándo? tienes contracciones?" que empecé a angustiarme, pues los días pasaban y Amaro, después de asustarnos durante diciembre y enero, ahora resultaba que no quería salir del cuerpo de mamá. La falta de confianza en mi poder de mujer me hacia temer una inducción, o peor aún cesárea. Ahora miro hacia atrás y pienso "¡que lesa!", pero bueno, supongo que es lo que a muchas primerizas les puede pasar.

Estar embarazada también tiene otros beneficios más triviales, pero no por eso menos importantes ¿o díganme que no era genial como te trata la gente? Tu familia te cuida y regalonea como nunca antes, te traen desayuno a la cama, te compran cosas ricas y nutritivas, ¡no te dejan pararte ni para dejar una taza en la cocina! En la calle la gente te mira con ternura, te dan el asiento en todos lados, no tienes que hacer ninguna fila -cosa que extrañé hace unos días cuando fui al banco sola después de mucho tiempo- y al menos en mi caso, sentía que el mundo nos tiraba puras buenas vibras.

Lastima que ese proceso lo vivimos tan pocas veces en la vida. Envidio un poco a mi bisabuela que tuvo más de 10 embarazos -aunque no creo que se los haya disfrutado igual-, pues yo con suerte lo viviré una vez más, ya que criar es maravilloso, pero cuesta, y en este sistema que nos absorbe tanto, al menos en mi caso tener más de dos hijos sería complicado (aunque dejo las cosas en manos del universo...)

Espero que la vida me regale la posibilidad de engendrar un nuevo ser una vez más. Ahora me siento mucho más preparada para disfrutar aún más ese proceso, hay tantos miedos y angustias que superé con la llegada de Amaro que ansío poder vivirme un embarazo sin esas sombras, empoderada y con más amor, pues en una segunda vez ya no es sólo tu pareja acompañándote día y noche, es TU familia,  tu primer hij@ también está ahí viviendo ese proceso contigo, re-conociendote como mamá, viendo todo el amor y fortaleza que puedes entregar, ¿qué mejor motivación para dejar fluir nuestra naturaleza de darle ese ejemplo de entrega a tu hij@?

Quiero tener una guatota una vez más, dormir con un cojín de lactancia, hacer pipí como 5 veces en la noche, estar ultra sensible, moverme más lento... quiero volver a sentirme una mujer poderosa creadora de vida y amor.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que estar embarazada es LO MÁS! aunque mi segundo embarazo fue un poco más achacoso -los 30 se hicieron sentir- aún así lo disfruté a concho. Todavía me falta aunque sea uno más! Jejejeje.
    Cariños Mamasayezcos!

    ResponderEliminar